El archivo musical del Cuarteto Aguilar
Ezequiel Aguilar
Paco Aguilar
Humberto Allende
G. Alvarez Beigbeder
F. Elizalde
Manuel de Falla
Ernesto Halffter
Antonio José
Jorge Grundman
John McEwen
Luis Pedro Mondino
Juan Bautista Plaza
Joaquín Nin
Carlos Pedrell
Claudio Prieto
María Rodrigo
Valentín Ruiz
Adolfo Salazar
Igor Stravinsky
Joaquín Turina
Jose Luis Turina
Heitor Villalobos
Amadeo Roldán
José F. Vásquez
El Cuarteto Aguilar y la generación del 27
Este programa se compone de obras originales y/o versiones exclusivas realizadas por los autores para el Cuarteto Aguilar
I
Joaquín Nín (1879 - 1949)
Tonada de la niña perdida
Minué en el estilo antiguo
Tonada murciana
María Rodrigo (1888 - 1967)
Gavota
La copla intrusa
Ernesto Halffter (1905 - 1989)
Danza de la pastora
Danza de la gitana
Fandango
I I
Joaquín Turina (1882 - 1949)
Cadena de seguidillas
La oración del torero
Fiesta mora en Tánger
Ezequial Aguilar (1901 - 1961)
Petenera
Paco Aguilar (1897 - 1947)
Rondino
Escarapela de colores
(Verde - Azul - Amarillo - Morado - Rojo)
Las obras escritas por Nin, son versiones exclusivas del autor y están fechadas en París entre 1928 y 1933. Los dos primeras pertenecen a la colección Siete cantos líricos españoles antiguos, la Tonada Murciana está basada en cantos de esa tierra.
Gavota está dedicada por María Rodrigo al Cuarteto Aguilar en 1925. En su otra obra, La Copla Intrusa, la autora hace el siguiente planteamiento:
"En una taberna andaluza, se oye una canción audaz, es un aragonés quien canta. El intruso es bien acogido, y el alma de ambas regiones se funde en un solo ritmo".
La Danza de la Pastora y la Danza de la Gitana de Ernesto Halffter, pertenecen a su ballet Sonatina y el Fandango a Las Doncellas. Ambas son versiones exclusivas del autor para los Aguilar realizadas en Buenos Aires.
Cadena de Seguidillas de Joaquín Turina pertenece a Dos danzas populares españolas. Versión del autor fechada en Madrid en 1926. En cuanto a La oración del torero, quizás una de las mejores obras del compositor sevillano, fue escrita en 1925 por encargo del Cuarteto Aguilar. El mismo Joaquín Turina cuenta como surgió esta partitura:
"Aquel rumor incendiado por la luz de la tarde, realizado por la música de pasodobles y el grito de los clarines me sugestionaba. Yo había sentido muchas veces la tentación de traducir en música toda la impresión que en mí producía la voz múltiple de la fiesta, pero también me atraían los aspectos profundos y sugestivos de la emoción religiosa popular y sobre todo andaluza. Una tarde de toros en la Plaza de Madrid, aquella plaza vieja, armónica y graciosa, vi mi obra. Yo estaba en el patio de caballos, allí tras una puerta pequeñita estaba la capilla llena de unción, donde venían a rezar los toreros un momento antes de enfrentarse con la muerte. Se me ofreció entonces en toda su plenitud aquel contraste subjetivamente musical y expresivo, de la algarabía lejana de la plaza, del público que esperaba la fiesta, con la unción de los que ante aquel altar pobre y lleno de entrañable poesía venían a rogar a Dios por su vida, acaso por su alma, por su dolor, por la ilusión y por la esperanza que acaso iban a dejar para siempre, dentro de unos instantes, en aquel ruedo lleno de música y de sol".
Fiesta Mora en Tánger es el nº 5 de la partitura Album de viaje del compositor sevillano. Fue adaptada para el Cuarteto Aguilar en 1924. El marco ambiental es el siguiente:
"Un ritmo de danza de guzlas y rabeles inicia la entrada de las chirimías que dan, en principio una sensación de aturdimiento y de algazara, pero que pronto se convierte en un baile insinuante y cadencioso. La intervención de los atabales y el caprichoso juego de ritmos excita el ánimo de las danzantes, que, en el paroxismo de la alegría, bailan con loco frenesí, hasta que sus flexibles cuerpos, rendidos, desplómanse al suelo en tropel".
En 1924 al escuchar Turina a los Aguilar esta partitura dijo: "Ya no volveré a tocar más al piano esta obra".
Finaliza el programa con tres obras originales escritas por Ezequiel y Paco Aguilar. Petenera es una partitura de cuidada elaboración y dificultad técnica, donde se emplean recursos y efectos propios de los instrumentos de púa. Sigue a un gracioso Rondino la obra Escarapela de colores, una de las escasas veces en que los compositores han unido los sentidos de la vista y el oído. Cada color puede sugerir las siguientes asociaciones:
Verde (Zambra), Azul (Mar), Amarillo (Música de Tiovivo), Morado (Semana Santa) y Rojo (Zapateado).
Joaquín Turina
Este programa se compone de obras originales y/o versiones exclusivas realizadas por los autores para el Cuarteto Aguilar
Recuerdos de la antigua España op.48
- La eterna Carmen
- Habanera
- Estudiantina
Niñerías op. 21
- Preludio y Fuga
- Desfile de soldados de plomo
- Jeux
Serenata op.87
Danzas gitanas op.55, 1ºserie
- Zambra
- Danza de La Seducción
- Danza ritual
- Generalife
- Sacro-monte
Fiesta mora en Tánger op.15
La oración del torero op.34
Recuerdos de la antigua España
Según comenta Alfredo Morán, esta suite fue instrumentada para cuarteto de laúdes por Turina, excepto el tercer movimiento Don Juan, y fue estrenada por el Cuarteto Aguilar el 4 de junio de 1932 en la sala Gaveau de Paris.
Desfile de soldados de plomo
En un programa del Cuarteto Aguilar, celebrado el 16 de julio de 1929 en el Teatro Odeón de Buenos Aires figura la siguiente nota al programa:
"Un diminuto ejército de juguetes sirve de entretenimiento al gran compositor Joaquín Turina; un día, dentro de la imaginación del autor, cobran vida los soldados de plomo y, en un movimiento de indisciplina ornamental, emprenden su marcha, rígida y acompasada, recorriendo triunfalmente galerías y salones".
La Oración del Torero
Simplemente comentar lo que ya se conoce sobre La oración del torero, quizás una de las mejores obras del compositor sevillano, fue escrita en 1925 por encargo del Cuarteto Aguilar. El mismo Joaquín Turina cuenta como surgió esta partitura:
"Aquel rumor incendiado por la luz de la tarde, realizado por la música de pasodobles y el grito de los clarines me sugestionaba. Yo había sentido muchas veces la tentación de traducir en música toda la impresión que en mí producía la voz múltiple de la fiesta, pero también me atraían los aspectos profundos y sugestivos de la emoción religiosa popular y sobre todo andaluza. Una tarde de toros en la Plaza de Madrid, aquella plaza vieja, armónica y graciosa, vi mi obra. Yo estaba en el patio de caballos, allí tras una puerta pequeñita estaba la capilla llena de unción, donde venían a rezar los toreros un momento antes de enfrentarse con la muerte. Se me ofreció entonces en toda su plenitud aquel contraste subjetivamente musical y expresivo, de la algarabía lejana de la plaza, del público que esperaba la fiesta, con la unción de los que ante aquel altar pobre y lleno de entrañable poesía venían a rogar a Dios por su vida, acaso por su alma, por su dolor, por la ilusión y por la esperanza que acaso iban a dejar para siempre, dentro de unos instantes, en aquel ruedo lleno de música y de sol".
En la particella de esta obra perteneciente al laudón reza de forma manuscrita por Paco Aguilar:
"Es día de fiesta en la Plaza de Toros y faltan breves instantes para dar comienzo a la corrida. En el solitario recinto de la Capilla reza un hombre postrado ante el altar; es el matador, en cuyo espíritu brotan la fe religiosa y la majeza indomable. La oración es interrumpida por el eco de un alegre paso-doble y el bullicio del público que espera, impaciente, la salida del torero. La hora de la fiesta se aproxima y la Capilla torna a su silencio de soledad".
En las particellas autografiadas por Joaquín .Turina a cada uno de los Aguilar, figuran cariñosamente las siguientes dedicatorias:
" A Ezequielote, la estrella del Cuarteto Aguilar"
" A Joselito, el administraó del Cuarteto Aguilar"
" A la comadre Elisa, en honor de nuestra ahijada la Orgía"
" A Paquello, el más flamenco del Cuarteto Aguilar"
Fiesta Mora en Tánger
Corresponde al nº 5 de la opus 15 Álbum de viaje. En el mismo programa ya mencionado del Cuarteto Aguilar, también aparece un comentario relativo a la misma:
" Un ritmo de danza de guzlas y rabeles inicia la entrada de las chirimías que dan, en principio, una sensación de aturdimiento y de algazara, pero que pronto se convierte en un baile insinuante y cadencioso. La intervención de los atabales y el caprichoso juego de ritmos excita el ánimo de las danzantes, que, en el paroxismo de la alegría, bailan con loco frenesí, hasta que sus cuerpos, rendidos, desplómanse al suelo en tropel".
Parece ser que Joaquín Turina exclamó al escuchar la interpretación de esta partitura por los Aguilar:
"Ya no volveré a tocar al piano esta obra"
Música iberoamericana
Este programa se compone de obras originales y/o versiones exclusivas realizadas por los autores para el Cuarteto Aguilar
I
Argentina
La firmeza Gilardo Gilardi
Evocación Quichua Gilardo Gilardi
Aire Indio Eduardo Caba
Chacarera Pascual de Rogatis
Brasil
Saudade da selva brasileira Heitor Villalobos
España
Escarapela de colores Paco Aguilar
I I
Venezuela
Fuga sobre un aire de joropo venezolano Juan Bautista Plaza
Cuba
Tonada Joaquin Nin
Chile
Serranilla Humberto Allende
Pastoril Humberto Allende
Méjico
Danzatina G. Baqueiro Foster
Uruguay
Danza de las tres princesas cautivas Carlos Pedrell
El Cuarteto Aguilar fue claro ejemplo de unión entre España y América. Los cuatro hermanos Aguilar, nacidos en Moratalla (Murcia) entre 1897 y 1906 se trasladaron a Madrid y en 1923 formaron el Cuarteto. En poco tiempo compositores como Manuel de Falla y Joaquín Turina les conocen y admiran. Así en 1925 Turina les escribe la célebre Oración del torero. Los años treinta supondría para el Cuarteto un nuevo avance hacia el éxito con giras por toda Europa y América. La Guerra Civil les sorprende en Buenos Aires y deciden instalarse allí. Desde Argentina y Uruguay recorrieron toda América dando conciertos con éxito. Tuvieron ocasión entonces de contactar con músicos de la época que, o bien compusieron para ellos, o les hicieron versiones exclusivas.
Salvador de Madariaga en su encuentro con ellos en Chile les dedica un poema:
Virtuosos de virtudes
que dejan sonoros ecos
cuatro laúdes
un Velázquez y tres Grecos
También el compositor chileno Humberto Allende les dedica Serranilla y Pastoril (Santiago de Chile, 1935). Citar entre otros a los argentinos Eduardo Caba, Julián Aguirre y Gilardo Gilardi que les dedica Evocación Quichua ("Compuesta en homenaje a los hermanos Aguilar y a ellos dedicada en recuerdo de su brillante actuación artística en la Argentina. Buenos Aires, septiembre 1929").
El mejicano Gerónimo Baqueiro Foster les escribe Danzatina. Juan Bautista Plaza compone Fuga sobre un aire de joropo venezolano, dedicada en Caracas, 10-6-1935. Heitor Villalobos realiza para ellos una versión de su Saudade da Selva Brasileira, fechada en Méjico en 1934.
Inspirada en la España medieval que albergó a las tres religiones, el uruguayo Carlos Pedrell les dedica Danza de las tres princesas cautivas, en la que cada movimiento representa a una de ellas : Zoraida (musulmana), Doña Mencia (cristiana) y Betsabé (judía). Valga como dato anecdótico las anotaciones en una de las particellas "A bordo del Eubée entre España y América, 25 mayo 1929".
Dos de los hermanos Aguilar compusieron para el cuarteto, Ezequiel y Paco (Escarapela de Colores, fechada en Buenos Aires en 1939). Disuelto el cuarteto, Paco continuó su labor artística dando recitales y componiendo. Escribió el libro A Orillas de la Música, editado en Buenos Aires por Editorial Losada.
Muchos años después, en 1983, se celebró en el Ateneo de Madrid, un homenaje al Cuarteto Aguilar. El escritor argentino Julio Cortázar mandó un telegrama de adhesión con estas palabras:
"El azar, como siempre hace bien las cosas. Llegar a Madrid y enterarme de este homenaje al Cuarteto Aguilar, forma parte de esos encuentros que solo los tontos califican de casuales. En un tiempo ya muy lejano, los Aguilar llenaron de música el Buenos Aires de mi juventud. Esa música sigue viva y presente en mi memoria y me parece no solo un deber sino una alegría decir hoy y aquí mi gratitud, que es también la gratitud de todo mi pueblo".
Música del siglo XX
Este programa se compone de obras originales y/o versiones exclusivas realizadas por los autores para el Cuarteto Aguilar
I
Ocho Piezas Igor Stravinsky
Marcha, Vals, Polka, Andante, Española,
Balalaika , Napolitana, Galop
March of the little folk Red Murdoch John McEwen
Cinco estudios (D`Aprés Valéry) José Luis Turina
La naissance du vent
Le secret changement
La vague en poudre
Chanterez-Vous Quand Serez Vaporeause?
Toujours Recommencée
I I
Serenata para laúdes Claudio Prieto
Saudade da selva brasileira Heitor Villalobos
Danza de las tres princesas cautivas Carlos Pedrell
Zoraida (Sarracena)
Doña Mencía (Cristiana)
Betsabé (Juadaica)
Las Ocho Piezas, corresponden en realidad a dos obras del compositor de origen ruso tituladas 3 y 5 piezas fáciles para piano a cuatro manos. Esta adaptación para cuarteto la realizó Ezequiel Aguilar y fue revisada en el año 1935 en Los Angeles (USA) por Igor Stravinsky, tal como reza en las particellas dedicadas por el autor.
José Luis Turina, compositor de finísima personalidad creativa, formado en el Conservatorio de Madrid y luego en Italia y galardonado con varios premios compuso en 1993 estos Cinco Estudios dedicados al Cuarteto Aguilar. La obra está inspirada en unos poemas del "Cementerio Marino" del francés Paul Valéry. Cada estudio muestra uno de los elementos vitales de la música.
La naissance du vent (El nacer del viento), trata sobre la Agógica (cambios en el "tempo") y la Dinámica (intensidad del sonido). Le Secret Changement (La secreta mudanza) es un boceto armónico con notas pertenecientes al Romance de Don Boyso de Federico García Lorca. El tercer estudio, La Vague en Poudre (La ola en cenizas), es de carácter tímbrico y en él no se utiliza la púa. Chanterez-Vous Quand Serez Vaporouse? (¿Cantarás cuando seas espíritu?) es un ricercare renacentista y un estudio sobre el contrapunto. Tourjours Recommencée (Sin cesar empezando), de carácter métrico tiene forma Rondó (estribillo y coplas).
Serenata para Laúdes es obra del palentino Claudio Prieto, compositor capaz de establecer una comunicación intelectual y sensitiva con un auditorio despierto. Maestro de indudable importancia (Premio Nacional de Música Reina Sofía 1984), obtuvo en 1982 el premio de composición para Cuarteto de Laúdes con esta partitura. Obra que se estructura en dos amplios trazos conformados por arabescos melódicos y rítmicos que, a su vez, caracterizan el pensamiento unitario y de conjunto.
Saudade da selva brasileira se expone en la versión que el autor realizó para el Cuarteto Aguilar en Méjico en el año 1934.
Los Aguilar presentan en París, en 1930 Danzas de las tres princesas cautivas de Carlos Pedrell, compositor uruguayo estricto contemporáneo de Falla y Turina.
Invitación a un viaje sonoro
Cantata para verso y laúd
Siglo XIII
España ALFONSO X Cantiga
Siglo XV
España JUAN DEL ENCINA Cántico
Siglo XVI
España PISADOR Pavana
Siglo XVII
Francia LULLY El Carnaval
Francia RAMEAU Minué
Siglo XVIII
Inglaterra CROFT Zarabanda
Italia SCARLATTI Sonata
Alemania BACH Aria
Austria MOZART Rondó
Siglo XX
Andalucía ALBENIZ Granada
Aragón FALLA Jota
Galicia AGUILAR Muñeira
Castilla HALFFTER Danza de la Pastora
Andalucía TURINA La Oración del Torero
José Luis Pellicena - recitador
Cuarteto Aguilar
Antonio Navarro - bandurria
Luis Miguel Lara - laudete
Pilar Barón - laúd
Esther Casado - laudón
Virtuosos de virtudes
que dejan sonoros ecos
cuatro laúdes
un Velázquez y tres Grecos
Este pequeño poema fue dedicado al Cuarteto Aguilar por Salvador de Madariaga. Formado en 1923 por cuatro de los hermanos Aguilar: Ezequiel (bandurria), Pepe (laudete), Elisa (laúd) y Paco (laudón), actuaron con gran éxito en Europa y América. Para ellos escribieron o adaptaron parte de sus obras compositores como Joaquín Turina, Ernesto Halffter o Igor Strawinsky. La guerra civil española y posteriormente la segunda guerra mundial, provocan que el Cuarteto se instale en Argentina, reduciendo su proyección artística, lo que en 1941 hace que su historia se termine. No obstante, Paco (1897-1947) que continua dando recitales propone en 1942 al poeta Rafael Alberti, también exiliado en Buenos Aires, la creación de un espectáculo poético-musical; así nació Invitación a un Viaje Sonoro. Esta cantata para verso y laúd está expresamente dedicada a Paco Aguilar y aparece publicada en el libro Pleamar del poeta gaditano. Rafael Alberti y Paco Aguilar junto con el pianista Oscar Colacelli, ofrecieron más de setenta recitales por Hispanoamérica.
"Los versos fueron escritos evocando ser la expresión verbal mas rítmica, exacta, a veces aérea y casi inaprensible de las obras, después de escuchadas y estudiadas por mí con la más profunda atención, ciñíendome, en lo posible, al acento musical de cada estilo"
"...El laúd se deshizo en los más límpidos surtidores y juegos que un anónimo árabe español fantaseara en el siglo XIV. Después Juan de la Encina con su cántico desgarrado por la muerte de la reina Isabel de Castilla y la pavoneada pavana de Diego Pisador. Toda la cantata pareció sumergida bajo la transparencia de un agua remansada. Así se la sentía bailar perdida entre vapores de llanto neblinoso; rizada, rumorosa, fugitiva; entre pliegues de luz y de penumbra (Croft); emergida de súbito en alegres burbujas de oro (Scarlatti); saltarina y quebrada como suspensa por un hilo (Mozart) o ancho remolino, hundida hasta lo mas profundo para luego subir en una pleamar infinita".
Rafael Alberti
El jueves 26 de mayo de 1983, se celebró en el Ateneo de Madrid un concierto homenaje, en el cual se ofreció la Cantata. Intervinieron junto a Alberti el Cuarteto y la Orquesta Grandío. Al recital acudieron entre otros Ernesto Halffter, Obdulia Turina, Pepe Aguilar asimismo enviaron palabras de adhesión al acto la sobrina de Manuel de Falla y el escritor argentino Julio Cortázar.
Alberti leyó la siguiente nota de Cortázar: El azar, como siempre, hace bien las cosas. Llegar a Madrid y enterarme de este homenaje al Cuarteto Aguilar, forma parte de esos encuentros que sólo los tontos califican de casuales. En un tiempo ya muy lejano, los Aguilar llenaron de música el Buenos Aires de mi juventud. Esa música sigue viva y presente en mi memoria y me parece no sólo un deber sino una alegría decir hoy y aquí mi gratitud, que es también la gratitud de todo un pueblo.
Antonio Navarro, Los instrumentos de púa en España
Cuarenta años después, Pepe Aguilar (uno de los sobrinos del célebre cuarteto) creyó oportuno resucitar la Invitación a un Viaje Sonoro pidiendo su beneplácito al poeta. En esta Invitación de 1983, Rafael modifica la segunda parte completando el viaje: Granada, con un poema de Juan Ramón Jiménez; y la célebre Oración del Torero con su poema dedicado a la muerte de "Joselito". Hasta 1985 Rafael con el Cuarteto Grandío la interpretan en varios puntos de España: Teatro Principal de Zaragoza, Teatro María Guerrero de Madrid, Festival Internacional de Santander, Festivales de Navarra....
"La potencia plástica-rítmica de los poemas de Alberti se enfrenta con el quiebro rococó (El vió, yo lo vi. El aire en un pié, la flor en un tris) con el clave madrileño de Scarlatti (Trina el aire, arpegia el agua, trémulos vidrios alisan las cuerdas de las sonatas), con la leve Zarabanda (De tan suave soy nada)."
Enrique Franco. El País, mayo de 1983.
En marzo de 2019, con motivo de la entrega del legado de Manuel de Falla en la Caja de las Letras, tiene lugar el concierto Invitación a un viaje sonoro. Cantata para verso y laúdes, interpretado por el Cuarteto Aguilar en colaboración con Luis García Montero, director del Instituto Cervantes.
El acto está organizado por el Instituto Cervantes, la Fundación Archivo Manuel de Falla y el Ayuntamiento de Granada. En presencia de las sobrinas de Falla y Alberti, Isabel y Teresa respectivamente, Luis Garcia Montero leyó ante el público aquellos sentidos versos que reflejan -afirmó- la melancolía del exiliado, la reivindicación de la poesía y la belleza, y el vitalismo desesperado frente a la tragedia de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial.